Hace unos días acudió a consulta una paciente embarazada con problemas en el pie. Por ello me gustaría compartir esta entrada con vosotros y explicar Qué cambios se producen en el pie debido al embarazo y Cómo podemos prevenir o solucionar estos problemas.
En una embarazada se producen muchos cambios, pero que afecten al pie fundamentalmente dos: Físicos y Hormonales.
A nivel físico, experimenta un crecimiento a nivel del abdomen, esto provoca:
- Incremento del peso.
- Mayor curvatura en la cintura.
- Desplazamiento del centro de gravedad hacia los metatarsianos provocando mayor presión sobre ellos.
A nivel Hormonal, empieza a preparar el cuerpo para todos los cambios que se van a producir hasta llegar al parto. las hormonas que más afectan a los pies son:
- Progesterona: produce la relajación del músculo liso de las paredes venosas.
- Estrógenos: favorece la apertura de las fístulas arterio-venosas y por tanto contribuir al aumento de flujo en los miembros inferiores.
- Relaxina: esta hormona ralentiza la nueva producción de colágeno, de forma que los ligamentos del cuerpo no son tan fuertes (y, por tanto, más elásticos). Así, las articulaciones se vuelven hipermóviles.
¿Cómo Afectan estos cambios al cuerpo?
Al final es un proceso encadenado y no se puede ver desde solo un punto, si no que hay que hacerlo de una forma global.
El aumento del peso y volumen hace que una mujer tenga que cambiar su forma de andar y de pisar debido al cambio producido en su centro de gravedad, la embarazada intenta abrir más las piernas al caminar para aumentar la estabilidad, esto, sumado a la hormona Relaxina que produce que las articulaciones tengan más movilidad y carguen más peso en zonas que no debería. Esta descompensación produce cargas a nivel muscular y articular que antes no existían. Dolores de cadera, rodilla, tobillo y pie son muy habituales. En el pie se produce un aplanamiento de la bóveda plantar que puede derivar en la gran temida fascitis plantar.
La hormona Progesterona, los Estrógenos y la presión que ejerce el útero sobre las arterias adyacentes va a provocar un mayor edema en todo el miembro inferior, produciendo un hinchazón acompañado de dolor en las piernas y en el pie. En el pie este aumento de volumen puede provocar que el pie quede mucho más apretado en el calzado, lo que puede derivar rozaduras, durezas o problemas de uña encarnada u onicocriptosis.
¿Cómo podemos prevenir o solucionar estos problemas?
Principalmente comprar un Calzado adecuado. Tenemos que buscar la comodidad y no la estética aunque puede ir de la mano. ¿Qué características tiene que tener?
- Calzado espacioso, sobre todo en la puntera, que sea cuadrada o redonda para no comprimir los dedos. Evitar costuras o punteras en esta zona ya que hacen que el tejido no ceda.
- Tener pequeño tacón de 3 cm. Cualquier zapatilla de running normalmente suele tener estás medidas 3:1 .
- Calzado estable, nos tiene que dar seguridad y recoger el pie de forma correcta.
El uso de Ortesis plantares personalizadas para dar un mayor apoyo al pie y redistribuir mejor las cargas de presión. Las plantillas pueden ayudar a evitar un exceso de pronación y aplanamiento del pie, aliviando las cargas producidas.
Masajes, drenaje linfático manual, baños de contraste, ejercicio de los miembros inferiores en posición de declive y ejercicios en el agua pueden ayudarnos a bajar el edema.
El uso de medias de compresión especiales para embarazadas también ayudan a mejorar el retorno de la circulación.
Espero que te haya servido de ayuda.
José Manuel Manrique de Torres
Podólogo colegiado nº 2902